Los hijos del arbol

Hace tiempo mi amiga Erika escribió algo que me gusto mucho, creo que se llamaba los hijos del árbol, o algo así, hoy quiero escribir, como dice Vicente Fernandez, no es lo mismo pero es igual.
ahí les va.
Todos somos criminales, somos asesinos, después que la tierra se empieza a calentar, cuando ya pasaron los tiempos fríos, nosotros los hombres, llegamos a los campos, como ladrón en la noche a robarnos las cosechas, a robarnos los frutos que nos entrega la madre naturaleza a través de los arboles, ellos lloran al ver llegar el verano, ellos saben que los humanos nos robaremos y nos comeremos a sus hijos, creo que a ningún humano le gustaría que alguien le robara a sus hijos y que los degustara, despacito, con placer, paladeandolos, sintiendo el sabor recorrer su lengua, nosotros nos comemos los duraznos y sentimos el correr de su sangre por nuestros labios, devoramos sus membranas y sus fibras, al ver lo mismo los arboles lloran, derraman lágrimas verdes, lágrimas de clorofila, llegando el invierno los arboles mueren, se secan, se le caen las hojas, y al volver la primavera, se preparan para sufrir de nuevo, así que por eso somos malos, nos comemos a los hijos de los arboles, la naturaleza es sabia, por eso nos provee de muchos frutos, hijos de arboles a los cuales devoramos día a día, y Dios aunque muchos en el no crean, nos manda lluvia y el calentamiento de los terrenos, para así con cada fruto que se desprende de las ramas, nos volvamos a convertir en asesinos.
Un saludo