Cuando yo muera quisiera ni se supiera, pa’no escuchar ¡el bendito, bueno que era!

Todavía llega a mi olfato el olor de licor con almendras que me hiciste descubrir,  las tardes en que nadie de tus hijos estaba mas que tu y yo, tantas veces que te canté las canciones que te gustaban, los abrazo, las risas, así como las lagrimas que a veces con tu rebozo en mi secabas, tantas veces que me regañaste por no saber ordeñar tus vacas, (nunca fue lo mío y tu lo supiste), siempre te enojabas porque hacia enojar tus pavorreales, cuando te decía que solo enojados mostraban ese plumaje tan hermoso, tantas veces que dijiste que siendo de rancho nunca supe destetar las crías que las puercas de tu rancho tuvieron, muchos recuerdos, mas ya no estás Angie, tu silla de ruedas ahora se encuentra arrumbada en un rincón, tus pinturas en el mueble, ya no danzan la brocha y el polvorete, tu ropas gritan por la ingratitud que les demuestras, los caballos sigilosos ni se mueven , al parecer alguien ya les dijo que te fuiste, parecen preguntar el por qué de tu abandono, se preparan los tamales, los buñuelos, y la fiesta, aunque no estás, han traído a esa banda que cada cumpleaños te tocaba, me han pedido que te vuelva a cantar la canción que me entierren con la banda, se me quiebra la voz, una, dos y tres veces, la gente aplaude al terminarla, en vez de un gracias solo atino a soltar un gran suspiro, sigo cantándote al pie del cajón, mi gente seguimos con baraja de oro, para terminar con la ¿de qué manera te olvido?, siento un trapo que se me atora en la garganta, mas sin embargo me encuentro aquí porque así lo estipulaste, así lo quisiste.

Creo que ya no volveré a cortar el prado de tus cinco acres de terreno, de cualquier manera ya no lo hacía, me pregunto yo, ¿habrá alguien que te junte leña en el tiempo que haga frio?, ¡bah!, después de todo ya que importa, camino, camino por la carretera de terracería, mientras mis labios intentan balbucear una canción mas en tu honor, al fin y cabos en tu casa hay fiesta, si, increíblemente celebramos tu muerte ¡descansa en paz! Angie Meléndez, mi ex suegra, la que quiso que el que ya no pertenecía a su familia fuera el elegido para entonar canciones cortadas en su honor a media garganta mía,  que Dios te guarde.