Recibí la noticia con el llanto en mis ojos, llanto mio que se confundía con el llorar del cielo que soltaba lágrimas claras que al atravezar las nubes de la ciudad se convertían el lágrimas negras y contaminadas por la suciedad del aire, sentado y retraído en el balcón de mi casa, mirando las paredes de adobe de las pequeñas casas de la calle empedrada con cantera, no digerí la noticia al momento, no lo creía, no podía ser, a lo lejos vi venir a don Marcial jalando sus tres burros con los cuales se ganaba la vida, en uno traía leña del campo, en el otro la leche que por las calles vendía y el tercero venia libre, en el se montaba cuando en algún momento llegaba el hombre a cansarse, vi las alcantarillas taparse por la basura que la gente tira, creo que para no pensar en la noticia me importo mas pensar en lo estúpida que puede ser la gente al irnos acabando el mundo, voltee hacia el otro extremo de la calle y vi a Nena la hija de doña Lupe venir caminando por la orilla de la calle sin acera, sus zapatos llenos de lodo pero aun así parecía feliz, mas allá vi venir a Cucho con su inseparable perro color canela, ellos también parecían felices, y yo aquí tan infeliz, como diría la Malinche: Tan sin vida, no pude mas y solté un sollozo, te fuiste, te moriste, y nadie pudo hacer nada por ti, bueno todos quisimos hacerlo, pero como pasa con Pepito y el lobo, fueron tantas cosas que hiciste, que el día en que en verdad estabas mal ya nadie te creyó, yo juraba y perjuraba que andabas usando drogas, y digo eso por tantos desvaríos tuyos, sin embargo tarde fue, te descubrieron un tumor canceroso en el cerebro, pero como digo ya era muy tarde, te moriste y eso lo supe hoy apenas, y aquí sigo sentado en el balcón, con la mirada puesta en las paredes de adobe, mientras las lágrimas negras del cielo arrastran las claras mías hacia el suelo, Víctor descansa en paz.
!!!snifff!!!