Los cholos

Eramos nuevos en ese barrio en Santa Ana California, mi primo Jorge Rocha que es agente de bienes y raíces nos había rentado una pequeña casa, desde la primera vez que llegamos supimos que tarde o temprano tendríamos problemas, el barrio estaba infestado de cholos que les gustaba sentarse a tomar cerveza y fumar mota enfrente de lo que era la entrada principal de la casa.
Pasaron unos días y fuimos conociendo a los cholos por su nombre, ustedes saben esos pinche nombres mamones que ellos usan, algo así como smokey, pinky, tiny, puppet, un buen día, aunque yo todavía no bebía me mandaron a comprar un 24 de cerveza, al llegar a la casa ahí estaban algunos miembros de la pandilla, serian seis o siete de ellos, me hablaron acá como dicen ellos bien tumbao, y me dijeron que si les regalaba una cerveza, puta una por siete son siete pensé yo, no dije ni pío, abrí las cervezas y cada quien tomo una, después de ese día agarraron confianza y ya menos se movían de la yarda (jardín), de enfrente de la casa, poco a poco les fuimos perdiendo el miedo y ya los veíamos como si nada, les empezamos a hablar bien y pues aunque el barrio estaba medio culero nadie se metía con nosotros ya que se escuchaban rumores que eramos los amigos de los cholos.
La verdad que nunca de los nuncas se pasaron de vivos, un buen día estaba yo en la sala y escuche que me gritaban desde afuera, salí y vi que dos cabrones que no eran del barrio estaban madreando a uno de los que vivían ahí en la casa, corrí al baño a avisarle a mi hermano que se estaba bañando y salimos en chinga dispuestos a tirar chingazos, mi hermano andaba en chanclas y en toalla, así que se imaginaran la clase de putazos que ese pendejo iba a tirar, al vernos salir soltaron a mi camarada, y es que no me había dado cuenta que ya estabamos rodeados por los cholos que les decían a los busca pleitos que esa bronca debería de ser uno a uno.
A los vatos que traían a mi compa a madrazos al verse rodeado de cholos pues se les hicieron los huevos pasas, se subieron al carro e intentaron huir, mi camarada tomo al que iba de pasajero del pelo a través de la ventana y la verdad lo estaba dañando, el chofer emprendió la huida y mi amigo se quedo con un montón de pelos en la mano, los pinches cholos estaba a risa y risa.
desde entonces nadie mas nos molesto en el barrio, nos veían venir y solo escuchábamos susurros que decían: ahí van los amigos de los cholos.
Un saludo