Esta es mi estación del año favorita, y es que pareciera que DIOS se encarga de pintar cada detalle en la naturaleza, cambiando de colores diariamente los arboles uno a uno, hoja por hoja, en esta época del año el cielo con sus nubes se asemeja a un lienzo pintado por las mismísimas manos del creador del mundo, sin duda esta estación me pone de muy buen humor, empieza a llover y me gusta sentir la lluvia resbalar por mi rapada cabeza, me gusta sentir que vivo, que existo, se oye de vez en vez el graznido de los patos que emigran cual lo cobarde que son, se van y me dejan a cargar con todo el frío de la estación que está por venir, donde el cielo llora y en el área de conversión al agua se vuelve nieve, nieve que a su vez hace que se sienta mas el espíritu navideño en el mes de diciembre.
Me gusta mucho, es una belleza observar el caer de las hojas de maple de todos los colores existentes, las que a su vez son arrastradas por el viento, el cual hace que se eleven y muchas veces no deja volverlas a ver jamás, huyen. Las hojas también tienen cobardía y con toda razón, al ir cayendo se dan cuenta que ya les llegó su hora, cuando se desprenden del árbol saben que sin duda morirán al irse secando poco a poco por los débiles rayos del sol que no calienta, sino que solamente nos sonríe.
Fotos

Tengo hueva.
Bye