martes, 10 de marzo de 2009

Hay una etapa en la vida, en la que no medimos las consecuencias que pueden traer las palabras, en la niñez y adolescencia, no sabemos distinguir a veces lo que es bueno y lo que es malo, cuando estaba en primero de secundaria había un grupito de cabrones desmadrozos y yo era uno de ellos, le hacíamos la vida imposible a quien se dejara, recuerdo que había un chámaco que se llamaba Miguel, el pobre siempre andaba mugrosito y nunca llevaba que comer y mucho menos dinero, su ropa siempre estaba sucia, alguno que otro pantalón del uniforme ya un poco gastado, pobre de el, en vez de decirle Miguelón, le apodábamos Mugrelón por lo sucio, el ni tardo ni perezoso se enseño a callarnos la boca, a unos a madrazos a otros a pedradas, ya después nadie lo juntaba, cuando me llegaban mis cinco minutos de buena gente, a veces le daba una de las tortas de queso con chile jalapeños, cosa que era raro en mi, mis cinco minutos de buena gente llegaban por allá cada dos meses, yo deje de decirle cosas, ya mas bien me daba lastima el pobre, Miguel siempre fue muy peleonero, se peleaba casi a diario con uno o con otro, poco a poco me fui ganando su confianza, como casi nunca ninguno de los dos tenia dinero, no nos quedaba mas que caminar los cinco kilómetros del bulevar de la escuela federal tres, hasta el estadio Irapuato y ahí tomar el camión de la ruta tres, una noche de tantas lo note mas callado que siempre, a lo que le pregunte que, que, le pasaba?, su respuesta era siempre la misma, (nada), seguimos caminando y lo vi llorar, de esas lágrimas que salen sin hacer ruido, me dijo que su papa se había entregado a las garras del alcohol hacia un tiempo, que nadie lo comprendía y que el sufría mucho, que la vida que le había tocado vivir era muy dura, que la gente le decía mugroso, vago y malviviente, pero de lo que nadie se había enterado, era que su madre había muerto hacia un tiempo, que por eso andaba así, que por eso no comía en el receso, que por la muerte de su madre su papa se la pasaba tomando día y noche, y que nadie veía por el y sus demás hermanos, que casi vivían de la caridad de la gente, esa noche tuve que pedirle perdón, y decirle que yo no sabia nada de eso que me había contado, desde entonces ya no juzgo a la gente con solo verla, desde entonces Miguelón se hizo como si fuera parte de la familia, no teníamos mucho que dar, pero lo poco lo compartíamos con el y sus demás hermanitos.
Un saludo

12 comentarios:

Carmen dijo...

Menuda historia... ¡qué bonita!

Tienes razón y nunca hay que valorar a las personas por su aspecto exterior, siempre debemos de mirar en el interior.

Con Miguel demostraste tener un gran corazón.

Un besito y feliz día

elbibis.blogspot.mx dijo...

Me recuerda cuántas veces somos tan insensibles, parece que no aprendemos. Juzgamos, criticamos, pero raras veces nos detenemos a pensar en las verdaderas causas del comportamiento de los demás. Buen recordatorio para estar más alerta.

pato dijo...

Es cierto ,si no nos damos el tiempo para conocer a las personas, menos debemos juzgarlas.
Abrazo Tocayito !

Edgar Paul Palacios Reyes dijo...

compadro, asi pasa, no hay que juzgar alas personas por su apariencia, hay que saber observar, y dar lo mejor de cada uno a los demas...

Compadro? que le hice? y ano me visita!!!!

chOcolAte sEnXuAl dijo...

siempre he pensado que los seres humanos mas hirientes que puede haber por naturaleza son los niños. POrque hablan y se burlan sin siquiera entender el significado de las palabras en si, sino por el simple hecho de lastimar.
Claro que la culpa no es enteramente de ellos sino de los adultos que no los enseñamos desde un principio algo basico: el respeto.

ES muy feo que te tengas que enterar de la vida de los demas para poder sentirte capaz de dar caridad, o compasion, lastima jamas, es igual de hiriente que las palabras groseras.

Al menos algo en ti te hizo ver ue lo que hacias estaba mal y el a pesar de todo encontro un amigo, y auna familia.

Ery Juarez dijo...

Linda historia...

creeme que yo nunca me fijo en lo extarior... lo mejor esta mas alla de lo que existe en el exterior...

Besitos

Anónimo dijo...

A veces los niños pueden ser muy crueles con otros. En mis tiempos yo fui también bien víctima de las crueldades de otros, y como lo cuentas, también tuve que enseñarme a pelear para no dejar que las cosas fueran a mas. No puedo decir que sufrí mucho, quizá estuve en la media, desgraciadamente siempre hubo quienes fueron más agredidos que yo.
La cuestión es que padres abusadores crian hijos abusadores, uno aprende en casa lo que luego muestra en la escuela. Si se nos enseñara a ser tolerantes con quienes son diferentes (o creemos que son diferentes), a respetar, la vida de mucha gente sería tan distinta.

A veces mirar el interior de la gente nos da flojera, porque implica comprometerse en cierta medida, y no todos estamos dispuestos a hacerlo.
Que bien que tu si lo hiciste, actos así ennoblecen y estar del lado del más débil siempre se debe reconocer.

Un abrazo Patricio.

angel dijo...

no manches canijo que fuerte la historia me enchino la piel como gallina sigue asi de GGGuena jente

casacelis dijo...

Uno nunca sabe lo que hay detras de la apariencia y a aveces nos podemos llevar una lección.

Cada vida es una historia y de repente no todas son agradables y con un final feliz.

Salu2 Malhechecito.

FENIX dijo...

Chale compa... snifff snifff !!! me identifiqué gacho con el Miguelón por lo probe mugroso y peleonero, además también por lo del papá borracho, chale me cae !!!

snifff snifff !!!!

pato dijo...

Tocayitooooo !
GRACIAS !! Gracias no sabe que alegría me dió !!
Fué una sorpresa inesperada que me hizo my feliz !!
Gracias , espero que no sea la última !!
Un abrazooooo !!

RODCAF-X dijo...

Que bonita anecdota y una buena manera de empezar para no juzgar a la gente.

Y actualmente que paso con el ??

Saludos.